Algo superior a
cualquier pesadilla sigue ocurriendo en Veracruz. No terminan los desfiguros,
delirios y corruptelas del gobierno de Javier Duarte cuando las noticias de
desapariciones y hallazgos de cuerpos de jóvenes vuelven a estremecer.
Según cifras
preliminares del Sistema Nacional de Seguridad, durante el gobierno de Duarte
han desparecido al menos de 627 personas. Es una de las cinco entidades con más
alto índices de desapariciones del país. Tan sólo en el 2014 se registraron
253, el 46 por ciento del total del sexenio duartista. En un 70 por ciento de
los casos, se trata de menores de 35 años.
Apenas el sábado
en la noche, la Fiscalía General del Estado confirmó que el viernes en la noche
fueron localizados restos humanos de tres jóvenes, una mujer dos varones,
desaparecidos desde el 29 de septiembre.
Los restos fueron
encontrados en Camarón de Tejeda y han sido “plenamente identificados” por sus
familiares.
Según el
comunicado de la Fiscalía estatal, se “dio vista a la Procuraduría General de
la República por haberse encontrado indicios relacionados con la delincuencia
organizada en la desaparición de los jóvenes”.
En forma
paralela, otro joven de sexo masculino desapareció el mismo 29 de septiembre y
según las autoridades “aún continúan los trabajos de búsqueda y localización”.
Se trata de Andrés García Aguilar, desaparecido en condiciones similares.
En las redes
sociales y en medios locales se identificaron a estos tres jóvenes asesinados
como Génesis Deyanira Urrutia Ramírez, Octavio García Baruch y Leobardo Arroyo
Arano.
La desaparición
de estos jóvenes provocó movilizaciones de amigos, profesores y estudiantes de
la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Veracruzana el
pasado 3 de octubre. Ahí estudiaba Génesis Deyanira Urrutia, con apenas 22
años. Quería estudiar en España.
Leobardo Arroyo
Arano, de 24 años, había terminado la licenciatura en Contaduría, y Octavio
García Bruch, estudiaba ingeniería. El joven Andrés García Aguilar es
estudiante del Tecnológico.
Hasta el momento,
no existe una clara reconstrucción de los hechos y menos una investigación
precisa. El padre de Génesis, Edgar Urrutia, denunció que el C-4 de la
Secretaría de Seguridad Pública no entregó todos los videos de las cámaras de
vigilancia de la ciudad que pudieron haber captado lo ocurrido durante el
secuestro. El argumento fue que “las cámaras no servían”.
Para el
desgobernador en funciones, Javier Duarte, se “los llevó el crimen organizado”.
Nunca se hace responsable de nada y menos demuestra empatía alguna, ni siquiera
con el escandaloso homicidio múltiple en la Colonia Narvarte, en la Ciudad de
México, donde ultimaron a Rubén Espionsa y a Nadia Vera, ambos residentes en la
entidad.
En Veracruz, las
redes de la narco delincuencia y de las autoridades parecen abrazarse en una
irrefrenable historia de secuestros, levantones y asesinatos, sobre todo,
contra jóvenes.
Sus Miradas en
Nuestra Memoria
Ante la inacción,
en Orizaba el Colectivo de Familiares de Desaparecidos de Veracruz decidió
pintar bardas como parte de la campaña “Sus miradas en nuestra memoria”.
El objetivo es
mostrar en los espacios públicos los rostros de los desaparecidos, la enorme
mayoría jóvenes, universitarios, víctimas de la doble criminalidad que
encabezan los cárteles y los comandos policiacos que encabezó Arturo Bermúdez
Zurita, quien se dio a la graciosa “fuga” tras ser exhibido por presunto
enriquecimiento ilícito.
Araceli Salcedo
Jiménez, vocera de este colectivo declaró a la prensa desde la semana pasada
“ojalá y le hagan el desafuero (a Javier Duarte), porque es muy bonito ver cómo
Bermúdez Zurita se fue, y ahí se acabó. ¿Cuántos más van a quedar en la
impunidad? Es algo injusto para las familias porque se va y no rinde cuentas a
las mamás que buscamos un hijo”.
Las Fosas
Reveladas
Otro colectivo de
madres y padres de jóvenes desaparecidos, El Solecito, conmocionaron a la
opinión pública cuando hallaron 87 fosas clandestinas donde podrían estar
enterrados al menos 250 cadáveres. El hallazgo fue en un predio cercano a la
colonia Colinas de Santa Fe, en los límites del puerto de Veracruz y La
Antigua.
Ahí ya habían
explorado las cuatro madres de El Solecito un predio detrás del recinto
portuario. Hallaron 36 cabezas o cráneos y otras partes de cuerpos.
“Es una zona de
terror, de miedo, en la que hemos encontrado cadáveres. Fue una zona de
exterminio de mucha gente”, afirmó Rosalía, odontóloga de profesión que cerró
su consultorio para buscar a su hijo Roberto Calos Casso Castro, desaparecido
desde el 24 de diciembre de 2011, en Huatusco.
Otras versiones
mencionan muchos sitios más donde hay decenas, cientos de restos óseos, como el
kilómetro 13.5 de la ampliación del recinto portuario. Ahí están muchos de los
jóvenes desaparecidos en esta larga noche de horror que ha vivido Veracruz.
Hasta agosto de
este año, la fiscalía estatal había confirmado la existencia de 51 puntos de
búsqueda de restos humanos en la zona norte del estado. En un mes de trabajo,
los colectivos como el Solecito han localizado 75 puntos.
domingo, 9 de octubre de 2016